Soy la princesa de mi vida

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viernes, 25 de septiembre de 2015

Feministeces

Lo reconozco: me molesta esa vuelta de tuerca de mas que se le da a un pretendido 'feminismo', ese querer ser taaaan femenino-feminista que se presume de no serlo. En plan cómo voy yo a ser feminista con esta melenita tan mona que luzco o con lo bien que me llevo con mis compis (chicos) de la ofi. A ver si desnaftalinizamos el concepto, el feminismo NO es lo opuesto, o similar, o equivalente al revés del  machismo. Es tan sencillito como buscar la igualdad. Pero una igualdad de verdad, verdad, no sólo la igualdad de enviarnos a las mujeres de una patada en el culo al mercado laboral. Esa es una igualdad de anuncio de televisión, generadora de dobles y triples jornadas, estreses, enfermedades etc etc
Al machismo no se le combate. Si, has leído bien. Al machismo no se le combate. Porque sería intentar resolver un problema desde el punto de vista del problema. Luchar contra es en enfoque digamos yang. El machismo no se va a solucionar ni con leyes ni con campañas (como ya debería ser evidente) El machismo se solucionaría educando para, es decir con otro enfoque, desde la verdadera educación en todos los ámbitos. Y no quedándonos sólo en el debate del mundo laboral. Esa es la vertiente pobre del feminismo, la que ha conducido a la generación de superwomen estresadas añorando la vida que imaginaban llevar a sus abuelas.
Lo reconozco también, me pone los pelos de punta cuando se relaciona aunque sea de lejos el feminismo con odiar a los hombres. Es como si se acusara al movimiento gay de odiar a la gente hetero. Una reverenda gilipollez.
Y todo esto viene a colación de este artículo donde la autora mezcla churras con merinas y desemboca en una conclusión poco clara. No se qué entiende por 'lo de esa gente no es feminismo' pero declarar que 'no puedo ser feminista porque hay muchos hombres importantes en mi vida' es de juzgao de guardia. Si, juzgao así sin d.

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